Weber explicaba que los intereses materiales son los que dominan directamente la acción de los hombres, no obstante, señala que las “imágenes del mundo” creadas por las ideas han funcionado como guardagujas que modifican la trayectoria de la acción impulsada por esos intereses.[i] De forma análoga y parafraseando al sociólogo alemán, podemos preguntarnos si las creencias religiosas podrían “modificar” la trayectoria del tren de la participación política.
La investigación sobre la relación entre creencias religiosas y comportamiento político es reciente, incluso en los Estados Unidos. Por ello, aún no hay suficiente claridad sobre qué creencias específicas afectan al comportamiento político de los creyentes, ni mucho menos se sabe cuáles son los mecanismos específicos sobre los que opera esta relación. No obstante, la revisión de la literatura nos revela las implicaciones políticas de una creencia en particular: el providencialismo.
Por providencialismo se entiende la creencia tanto en que Dios tiene un plan, como en que uno como creyente puede (o no) contribuir a llevar a cabo ese plan. Así, se sabe que creer en el involucramiento de Dios en el mundo, en un Dios activo en el mundo, se asocia con una menor participación política porque si Dios controla lo que sucede en el mundo, entonces el creyente no tiene motivos para involucrarse políticamente con la intención de cambiar las cosas.
En este sentido, diversos estudios han señalado las implicaciones políticas de esta creencia religiosa. Barker y Bearce[ii] descubrieron que los cristianos que creen fervientemente en el fin de los tiempos bíblicos son menos propensos a apoyar políticas que buscan frenar el cambio climático, pues ¿para qué cambiar algo que es inevitable? Por su parte, Scheve y Stasavage[iii] señalan que a mayor importancia concedida a Dios en la vida cotidiana, simpatizan menos con políticas para desempleados (y seguridad social en general) y son menos activos en la búsqueda de empleo, pues la confianza en Dios sirve de “amortiguador” ante el impacto de eventos estresantes y sus consecuentes implicaciones sociales y económicas.
Finalmente, Glazier[iv] subraya que no solamente importa la creencia en el plan divino de salvación, sino también la creencia en la posibilidad de contribuir a la realización de ese plan. La autora señala que el creyente providencialista será más propenso a responder al llamado de la acción política, siempre y cuando ésta sea enmarcada en el plan divino, es decir, que sea identificada como una forma de cumplir con la voluntad de Dios. Para Glazier, el clero tiene un rol vital al hacer tal identificación, es decir, al señalarle al creyente qué acciones contribuyen a cumplir con la voluntad divina en el marco del plan de salvación y cuáles no. Este razonamiento es similar al esgrimido por Weber cuando distinguía entre dos formas de religiosidad práctica: creerse 1) recipiente o 2) instrumento de la acción divina. En el primer caso, el carácter pasivo y el anhelo de reposar en Dios tendrían como consecuencia una visión negativa de la acción en el mundo. En cambio, el carácter activo del segundo se traduce en un obrar en el mundo, en ser el medio por el cual la voluntad divina actúa en el mundo.[v]
Bajo las diferentes formas de operacionalizar el concepto subyace la idea de que Dios influye sobre la vida del creyente y así sus mandatos adquieren mayor fuerza. No obstante, el concepto requiere una mayor discusión teológica, sociológica y antropológica para poder seguir explorando en cuáles son las implicaciones sociales y políticas de las creencias religiosas. En este sentido, no basta precisar cuáles son las diferencias dogmáticas de la fe en la providencia en las diferentes confesiones cristianas, sino que se debe aclarar cómo es interiorizada por el creyente. Sólo así podremos tener mayor conocimiento sobre la materia que ocupa a esta entrada.
David Eduardo Vilchis Carrillo
[i] Weber, M., Ensayos sobre sociología de la religión I, Trad. José Almaraz y Julio Carabaña, Madrid, Taurus, 1983, p. 204. [ii] Barker, D. C., y D. H. Bearce, “End-times Theology, the Shadow of the Future, and Public Resistance to Addressing Global Climate Change” en Political Research Quarterly, 66, 2013, pp. 267-279. [iii] Scheve, K., y D. Stasavage, “Religion and Preferences for Social Insurance” en Quarterly Journal of Political Science, 1, 2006, pp. 255-286. [iv] Glazier, R. A., “Brinding Religion and Politics: The Impact of Providential Religious Beliefs on Political Activity” en Politics and Religion, 8: 3 (2015), pp. 458-487. [v] Weber, M., La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Ed. Gil Villegas, Trad. Luis Legaz, México, FCE, 2ª ed., 2011, PP. 161-162.
Similarly, we may question if religious belief has the potential to "modify" the course of political engagement, echoing the German sociologist. basketball legends