Cada vez que pensamos cuál es el papel del docente que sea capaz de hacer realidad el Pacto Educativo Global, nos encontramos con el pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire que nos recuerda, que la labor docente debe estar dirigida en procurar que sus estudiantes alcancen la autonomía para el aprendizaje, lo cual lo considera posible si desarrolla su labor en el marco de un modelo educativo dialógico, horizontal, donde se supriman el autoritarismo, el verticalismo y la educación bancaria, y tenga conciencia del carácter dialógico de su relación con el alumnado.
Además quien participa en el acto educativo de manera libre y con conocimiento de causa, resulta que es la persona más capacitada para darle a cada estudiante sentido, dirección en su autonomía, libertad y ética y sobre todo toma de decisiones y asumir consecuencias. Este docente tiene una visión humanista que está comprometida con el desarrollo de cada persona, no con la economía.
Un docente que más que compartir conocimientos, dialoga sobre sus visiones del mundo, crea espacios para enseñar y aprender con sus alumnos, y ante la coherencia de la palabra con la acción, logra de cada uno su propia y permanente transformación. También toma en cuenta cómo aprende cada estudiante para potenciar al máximo su capacidad de enseñar-aprender.
Uno de los cinco ejes transversales a los que hace referencia Freire para alcanzar al máximo la labor docente es tomar en cuenta la importancia de los aspectos emocionales.
Completemos esta parte con lo que nos puede decir el Dr. Fco. Javier Sierra en su escrito Las emociones: “una de las funciones más importantes de la emoción es preparar al organismo para ejecutar eficazmente la conducta exigida por las condiciones del entorno, mediante el uso de la energía necesaria para ello y con la orientación de la conducta hacia un objetivo. En este sentido, cada emoción básica tiene una función adaptativa.
Debido a que una de las funciones principales de la emoción es contribuir a la aparición de conductas apropiadas, la expresión de las emociones permite valorar los procesos que ocurren en las relaciones interpersonales. De esta manera, la expresión de las emociones se constituye en estímulos que permiten discriminar la realización de conductas apropiadas socialmente. Cabe aclarar que la represión de las emociones también tiene una función social. En otras palabras, la inhibición de ciertas reacciones emocionales podría alterar las relaciones sociales y afectar tanto la estructura como el funcionamiento de los sistemas de organización social.
También existe una relación entre emoción y motivación. Las conductas motivadas tienen dos características principales: dirección e intensidad. Las emociones aportan energía a las conductas motivadas y estas se realizan de forma más vigorosa. Esta relación entre motivación y emoción se da en los dos sentidos: una conducta motivada produce reacciones emocionales y la emoción facilita o frena la aparición de conductas motivadas.
A partir de la distinción de las funciones principales de las emociones y su relación con la motivación, surge la importancia de desarrollar la inteligencia emocional, entendida como una serie de habilidades para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento, comprender y analizar las emociones y regular las emociones mediante la promoción de un crecimiento emocional e intelectual. El énfasis en nuestra sociedad está puesto en la inteligencia racional. Pero aparentemente, la clave del éxito, la felicidad y la paz interior está en la inteligencia emocional. Estas dos inteligencias no sólo son compatibles, sino necesariamente complementarias”.
Artículo completo Humanidad 4.0: Las emociones en: https://alexandria21.digital/misdocumentos/boletines/2022-0310%20marzo.pdf
Por consiguiente ser docente, requiere no sólo de un gran compromiso y responsabilidad con cada educando, la sociedad y la Madre Tierra, sino que además debe de estar abierto a aceptar que para alcanzar el Pacto Educativo Global al que hemos sido convocados, las recomendaciones del Papa Francisco de comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén verdaderamente al servicio de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral y educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados sí está la posibilidad de ser docente como agente de cambio eco-social.
Es necesario también ser capaz de poder estudiar a la educación desde la complejidad para poder lograr una mirada multidisciplinaria y transdisciplinaria que responda a las necesidades actuales sin olvidar que “La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, Paulo Freire”.
¡Cambiar la educación para cambiar a las personas que van a cambiar el mundo!
¡Hasta la próxima!