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Decir de lo que es que es


El Pacto Educativo Global, quiere lograr “una educación integral y de calidad, que pueda brindar a cada individuo y a cada comunidad el nivel de conocimientos necesario para tener su propia autonomía y ser capaces de cooperar con los demás. Para lograrlo es necesario unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia con vistas a formar personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna” nos dice el Papa Francisco.


Todo esto será posible, si entendemos que educar es acompañar y llevar adelante a los jóvenes, a los niños, a cada educando, en los valores humanos en toda la realidad y una de estas realidades es la trascendencia, o sea que educar es introducir en la totalidad de la Verdad.

Tenemos la responsabilidad de enseñar a amar, de mostrar el resplandor de la verdad que aparece, para el que sabe ver, emergiendo de cada rincón de la naturaleza o en las obras de las personas, de manera que sea capaz de generar lazos y vínculos con esas personas y lugares, porque se crece alimentando pertenencias.


Recordemos que cuando hablamos y nos comunicamos con nuestros alumnos, no sólo entienden las palabras, sino también los gestos, las actitudes, incluso los silencios y las ausencias. Hablamos con todo lo que somos y hacemos.


Es muy importante profundizar en el tema de la verdad, para ello los invitamos a leer el artículo del Dr. Javier Sierra titulado precisamente así: “La verdad”. Y entonces tendremos elementos para tratar de responder si será que ¿todos vivimos y estamos continuamente en equilibrio entre la verdad y la falsedad?


Si la verdad encuentra su realización plena en la persona misma de Jesús, en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre, preguntémonos: ¿qué verdad atestiguan nuestras obras, nuestras palabras, nuestras elecciones como docentes?


Nunca olvidemos que educar es una misión tan importante que tiene la fuerza de acercar al bien, a la belleza y a la verdad. En nuestras manos está convertirnos en protagonistas de una nueva educación siendo creíbles y testigos de una humanidad madura y completa.


El Papa Francisco nos insiste en: que el camino hacia la verdad completa compromete también al ser humano por entero: es un camino de la inteligencia y del amor, de la razón y de la fe. No podemos avanzar en el conocimiento de algo si no nos mueve el amor; ni tampoco amar algo en lo que no vemos racionalidad: pues no existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor” (Caritas in veritate, 30). Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador.


No olvidemos al hablar que: decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, eso es la verdad; y decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, eso es la mentira.


¡Hasta la próxima!


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